La cuestión de las herencias vacantes y el papel del Estado como heredero es un tema que suscita muchas preguntas y confusiones. En ocasiones, la falta de herederos directos lleva a que los bienes de una persona fallecida queden sin reclamar, lo que a su vez permite que la administración pública asuma esos activos. Este artículo explora cómo funciona este proceso y qué implicaciones tiene para los bienes que no son reclamados.
La figura de la herencia vacante y la sucesión del Estado
Contenido en este artículo
- 1 La figura de la herencia vacante y la sucesión del Estado
- 2 Procedimiento para declarar una herencia vacante
- 3 El Estado como heredero: ¿qué ocurre con los bienes?
- 4 ¿Qué sucede si no hay herederos conocidos?
- 5 Implicaciones legales de las herencias vacantes
- 6 ¿Se puede evitar que la herencia vaya al Estado?
- 7 El futuro de las herencias vacantes
Una herencia vacante se refiere a aquellas herencias que no son aceptadas por ningún heredero dentro del orden sucesorio. Esto puede suceder por diferentes razones, ya sea por la ausencia de parientes con derecho a heredar o porque los existentes deciden renunciar a la herencia. Ante la falta de herederos, el Estado se convierte en el heredero abintestato, un término legal que designa a quien hereda en ausencia de un testamento válido.
El Código Civil español, en su artículo 956, establece que, si no hay personas con derecho a heredar, la herencia pasará al Estado. Sin embargo, en la práctica, este derecho ha sido delegado a diversas comunidades autónomas, que pueden gestionar estas herencias vacantes. Por ejemplo, comunidades como Cataluña o el País Vasco tienen competencias para adjudicar herencias vacantes en su territorio, lo que les permite tomar decisiones sobre el destino de los bienes.
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Para que una herencia sea declarada vacante, no es un proceso automático. Generalmente, se debe llevar a cabo un procedimiento notarial o judicial en el que se declara la herencia vacante tras verificar la falta de herederos hasta el cuarto grado. En ocasiones, puede haber investigaciones prolongadas para localizar a posibles herederos lejanos.
Procedimiento para declarar una herencia vacante
El proceso para declarar una herencia vacante incluye varias etapas:
- Investigación genealógica: Se indaga en registros de últimas voluntades y se publican anuncios para localizar a posibles herederos.
- Declaración de herencia vacante: Un juez o notario declara que no existen herederos legales conocidos.
- Aceptación de la herencia por el Estado: La administración pública acepta la herencia a beneficio de inventario, lo que significa que solo responderá de las deudas hasta donde alcancen los bienes heredados.
- Inventario y gestión de bienes: Se realiza un inventario de los bienes y deudas, y se determina el destino de los activos.
- Destino de los fondos: Los bienes se destinan a fines sociales o educativos tras cubrir las deudas.
El Estado como heredero: ¿qué ocurre con los bienes?
Una vez que la herencia es adjudicada al Estado o a la comunidad autónoma correspondiente, los bienes pasan a ser parte de la Hacienda pública. Según la ley, estos bienes deben ser utilizados preferentemente para fines de interés social o benéficos. Esto incluye:
- Bienes inmuebles: Pueden ser vendidos en subasta o utilizados para servicios públicos.
- Dinero y activos financieros: Ingresan a las arcas del Estado o de la comunidad, y pueden destinarse a ayudas sociales.
- Colecciones o obras de arte: Pueden ser asignadas a museos u otras instituciones culturales.
- Deudas del fallecido: El Estado asume las deudas solo hasta donde alcancen los bienes, sin comprometer fondos públicos adicionales.
Un aspecto interesante es que, si posteriormente aparece un heredero legítimo, este tiene derecho a reclamar los bienes o su equivalente en valor. Sin embargo, existen plazos que pueden complicar este proceso si los bienes ya han sido vendidos o enajenados.
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¿Qué sucede si no hay herederos conocidos?
Si se determina que no hay herederos hasta el cuarto grado de consanguinidad, la herencia se adjudica al Estado. Esto genera una discusión interesante sobre la naturaleza de la propiedad y la herencia en sí. En muchos casos, se ha notado un aumento en el número de herencias vacantes, especialmente cuando hay múltiples renuncias debido a deudas o costos asociados.
En el contexto español, se estima que cada año, decenas de herencias terminan siendo gestionadas por el Estado. En 2024, se reportó un récord de renuncias, lo que agudizó el fenómeno de las herencias vacantes.
Implicaciones legales de las herencias vacantes
Uno de los aspectos legales más relevantes es que los familiares lejanos (como primos segundos) no tienen derecho a heredar si no hay herederos directos conocidos. Esto plantea una serie de consideraciones sobre cómo se distribuyen los bienes y si se debería permitir que parientes más lejanos tengan acceso a la herencia.
Si en un futuro aparece un heredero legítimo, este puede solicitar la devolución de los bienes, pero debe actuar dentro de un plazo razonable para evitar que su reclamación prescriba. Las administraciones suelen tener políticas de prudencia, esperando un tiempo prudencial antes de liquidar por completo los activos.
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¿Se puede evitar que la herencia vaya al Estado?
La manera más efectiva de evitar que una herencia sea considerada vacante es mediante la redacción de un testamento. Designar herederos o legatarios permite que los bienes sean asignados a personas o instituciones de preferencia. Las personas sin descendencia o familiares cercanos deben considerar seriamente esta opción para asegurarse de que su patrimonio no quede en manos del Estado.
Además, el hecho de tener un testamento evita que el proceso de declaración de herencia vacante sea necesario, permitiendo así que los bienes se distribuyan según las últimas voluntades del fallecido.
El futuro de las herencias vacantes
A medida que la sociedad evoluciona, también lo hacen las consideraciones y las leyes relacionadas con las herencias. Las herencias vacantes representan un área donde se pueden realizar reformas para mejorar la distribución de bienes y asegurar que se utilicen en beneficio de la comunidad.
La historia nos muestra que en épocas pasadas, las herencias vacantes se consideraban «bienes mostrencos», y aunque el sistema actual ha evolucionado, los principios fundamentales que rigen la herencia y sucesión aún están muy presentes.
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En conclusión, es crucial que las personas tomen medidas proactivas en relación a sus bienes y herencias. La falta de planificación puede llevar a que sus activos terminen en manos del Estado, perdiendo así la oportunidad de cumplir con sus deseos y beneficiar a sus seres queridos o a causas importantes.